
“Que valor, que soberbia la tuya,
ella, indefensa criatura que buscaba el cobijo de tus brazos,
inocencia perdida, robada de la forma mas desleal,
cae de rodillas,
y tan segura que se sentía a tu lado,
temerosa de tu mirada,
se esconde, trata de huir;
Tu fría mano le aprisiona el cuello, la oprime,
la guía por caminos de dolor
ilustrándole la vida de la forma mas agónica.
Clava sus uñas y el hilo de sangre se desliza suavemente,
mezcla de sudor y sangre,
agridulce sabor a victoria.
Y la dejas caer, la tiendes,
levantas la mirada al cielo invocando su nombre tan tiernamente,
volteas la mirada y ves como yace,
tan exquisita, tan pura y tan muerta,
con un nuevo brillo en sus ojos,
el mismo que luce la sangre en tus manos"
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